Quizás este ultimo tiempo o probablemente toda la corta vida que viene a parecer un ápice de historia en la historia de la tierra, he estado dedicada a construir y deconstruir mi identidad... en una búsqueda apresurada y a veces violenta, a ratos me he sentido dueña de todo lo llamado probabilidad, dueña del destino y actriz de una película en la cual soy la protagonista...
Error tras error, llega un minuto en el cual ya no siento el ímpetu de antes, siento una leve tranquilidad que me dice, y bueno, acá estás, esta soy y no soy.. acá estás con tus errores y con tus aciertos. Es en ese momento en el que me rio, me relajo, quedo tranquila. pero de pronto, siento el vacío, esa incertidumbre de no sólo no saber que vendrá en el furturo sino nuevamente las ganas impetuosas de hacerme dueña de esta vida... ¿y si no lo hago?, ¿y si me dejara correr como las hojas por el viento, sin poner resistencia bailando con la brisa?... y creo que lo hago, a ratos, pero de pronto, el peso me deja caer en el lodo del suelo, veo que avanzo pero ya no con una brisa tibia, sino que se vuelve un remolino que repite día tras día el mismo ciurcuito circular.
Y dirán, bueno y qué es la identidad, ¿creer que eres alguien, una persona, mujer, profesional, madre, esposa, inmigrante, loka, shuper loka, apasionada, histérica, enigmática... especial?... y podemos ir más allá, a las construcciones sociales, a cómo algunas identidades son más permitidas que otras, a cómo la socialización ha influido en esta amarga identidad... pero, ¿y cuando ya no quieres identificarte con nada?... o cuando tienes esa sensación de querer ser otra/otro ideal que probablemente lo ves en un espejo pero luego reconoces que es el mismo ego del cual huyes... ¿qué quiero ímpetu o o pasividad?... no lo se... si se pudieran ambas, con la misma sensación de volar por un aire intenso pero tomando las corrientes que me convienen para manear el viaje... podría decir que he construido la identidad que me permite hacer una ronda y cantar en armonía con ella...
Error tras error, llega un minuto en el cual ya no siento el ímpetu de antes, siento una leve tranquilidad que me dice, y bueno, acá estás, esta soy y no soy.. acá estás con tus errores y con tus aciertos. Es en ese momento en el que me rio, me relajo, quedo tranquila. pero de pronto, siento el vacío, esa incertidumbre de no sólo no saber que vendrá en el furturo sino nuevamente las ganas impetuosas de hacerme dueña de esta vida... ¿y si no lo hago?, ¿y si me dejara correr como las hojas por el viento, sin poner resistencia bailando con la brisa?... y creo que lo hago, a ratos, pero de pronto, el peso me deja caer en el lodo del suelo, veo que avanzo pero ya no con una brisa tibia, sino que se vuelve un remolino que repite día tras día el mismo ciurcuito circular.
Y dirán, bueno y qué es la identidad, ¿creer que eres alguien, una persona, mujer, profesional, madre, esposa, inmigrante, loka, shuper loka, apasionada, histérica, enigmática... especial?... y podemos ir más allá, a las construcciones sociales, a cómo algunas identidades son más permitidas que otras, a cómo la socialización ha influido en esta amarga identidad... pero, ¿y cuando ya no quieres identificarte con nada?... o cuando tienes esa sensación de querer ser otra/otro ideal que probablemente lo ves en un espejo pero luego reconoces que es el mismo ego del cual huyes... ¿qué quiero ímpetu o o pasividad?... no lo se... si se pudieran ambas, con la misma sensación de volar por un aire intenso pero tomando las corrientes que me convienen para manear el viaje... podría decir que he construido la identidad que me permite hacer una ronda y cantar en armonía con ella...